Podemos decir que algunas cosas nunca serán diferentes de lo que son
, que por ejemplo, un padre siempre estará ahí para su hijo sin importar qué, o que uno simplemente no puede vivir sin el amor de su vida. Lo cierto es que ninguna de esas cosas es real, nosotros, escogemos que algunas cosas estén estáticas en nuestras mentes para no sufrir, son secretos acallados por los mismos sentimientos de impotencia, horrorizados ante el hecho de carecer del control absoluto. Pues sí, esa es la verdad incómoda de la humanidad: existen situaciones, eventos en la vida, instantes y tiempos de los que no nos corresponde ni un ápice de su manejo, en tal caso, somos juguetes que el destino compra con aire y que mueve a su antojo, pequeñas piececitas en un mundo de infinita inmensidad sin más control que el “autocontrol” de nuestras mentes.

Porque todos sabemos que eventualmente un padre se dará por vencido y morirá, o que, definitivamente podemos vivir sin amor aunque elijamos lo contrario. No está precisamente estipulado ni sabemos a quién adjudicárselo, lo cierto es que, todos en algún momento de nuestra efímera vida aprendemos a bloquearnos las cosas que están fuera de nos

La vida a veces me parece cíclica, viene y va, es inestable y vertiginosa, todo cambia sin querer, todo pasa sin darnos cuenta, nuestro error es simple: nos ocultamos, nos cegamos, nos mentimos a nosotros mismos, porque nadie, absolutamente nadie quiere ver cómo todo de pronto se torna diferente. El mundo se mueve a paso lento y nosotros corremos con pasos agigantados sin detenernos ni un instante, con la prisa del tiempo incontrolable atiborrando nuestra gran estadía en la tierra, sosegando nuestros instantes...
El amor también es inestable, vertiginoso y cíclico. Cambia, es un juego de azar que si bien tiene probabilidades de darte la mejor de las vidas, uno nunca recuerda verle el otro lado a la moneda, el lado en el que también tiene un sinnúmero de probabilidades de hacerte pensar que nada de esto vale.
Nadie piensa que las cosas pueden ser diferentes, vemos lo que vemos y lo demás no nos atrevemos siquiera a imaginarlo pero, ¿Quién nos dice que nuestra realidad es la real? No entiendo, no es simple esto de ver las nubes con toda su inmensidad y pensar que venimos de alguien más, alguien más grande y celestial que las nubes o que el límite del cielo y la tierra. No sé cómo es posibl

Pero sí, efectivamente podemos decir que algunas cosas nunca serán diferentes de lo que son, que por ejemplo, un padre siempre estará ahí para su hijo sin importar qué, o que uno simplemente no puede vivir sin el amor de su vida pero lo cierto es qué, nos bloqueamos, nos cegamos y estamos casi renuentes a aceptar que en la vida, todo cambia.
Así es, en la vida todo cambia y uno cambía con ella, una gran verdad. Pero ¿Que tanto nosotros somos los autores de nuestro destino? ¿Sera tanto como nosotros queramos?
ResponderEliminarYo soy de los que cree que cada quien es capaz de encaminar su realidad a donde quiera-conciente o no-, aunque tambien creo que en ese camino chocan voluntades, o toman el sendero en juntas.
La voluntad es de las grandes armas del ser.
Quiza a veces simplemente estamos conformes, o creemos estarlo, con lo que tenemos.
Quiza no somos concientes de lo que podemos ¿Quien sabe?,
Creo que uno debe vivir conciente de que nada es estatico, que hay corriente mas fuerte que uno, y que uno puede aprender a fluir con esas corrientes, aprender de ellas, hacerlas girar o brincar de una a otra. ¿Sera que el cuerpo es nuestro limite?
la realidad es una broma ya que...
ResponderEliminarlos renglones de la historia confiezan el frakaso humano, los bestiales komportamientos de politikos depravados, y hoy el aburrimiento es... el orden del dia, contra el no sirven las ASPIRIINAAAS...
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obviamente esta codifikado, veremos kuanto tiempo tardas en encontrar la respuesta